Desde el inicio de la pandemia, la necesidad de realizar pruebas generalizadas para controlar la propagación de la COVID-19 se ha enfrentado a diversos desafíos: desde retrasos en las pruebas y largas esperas para conocer el veredicto hasta un acceso limitado al equipo requerido, pasando por problemas en los resultados de los ensayos, que en algunos casos han sido inexactos.
Para abordar esto, un equipo de investigadores de Caltech propone una económica plataforma de telemedicina ultrasensible basada en inmunoensayos específicos de diana construidos a partir de grafeno grabado con láser.
SARS-CoV-2 RapidPlex es «una plataforma de telemedicina multiplexada» cuyo objetivo es «un diagnóstico y monitoreo rápidos y de bajo costo» del coronavirus, dicen los investigadores que están desarrollando este proyecto.
Esta tecnología puede realizar una evaluación rápida y remota de biomarcadores COVID-19, es decir: proteína de la nucleocápside, proteína anti-pico IgG e IgM y proteína C reactiva. «La detección múltiple de estos objetivos proporciona información sobre tres aspectos clave de la enfermedad: infección viral, respuesta inmune y gravedad de la enfermedad», explican los investigadores.
«Evaluamos con éxito la aplicabilidad de nuestra plataforma SARS-CoV-2 RapidPlex con muestras de saliva y sangre positivas y negativas para COVID-19. Con base en este estudio piloto, nuestra plataforma de inmunosensores multiplexados puede permitir pruebas de alta frecuencia en el hogar para el diagnóstico y monitoreo de telemedicina COVID-19″, subrayan.
Cuando SARS-CoV-2 RapidPlex entra en contacto con una gota de sangre o saliva «puede determinar si estás infectado con el virus SARS-CoV-2 en tan solo 10 minutos«, asegura el equipo. Además, los resultados de la prueba pueden transmitirse directamente a tu teléfono a través de Bluetooth.
¿Cómo funciona esta tecnología?
Para crear el sensor, el laboratorio comienza con una hoja de plástico. Usando un láser, los científicos pueden convertir el plástico en un patrón grabado de grafeno que, aunque se trata de un material de alta tecnología, en realidad es bastante barato de producir. Según el estudio, estos sensores de un solo uso se pueden producir por cinco centavos o menos cada uno -aunque otros componentes electrónicos y químicos necesarios para la prueba subirían algo el coste, llegando a «unos pocos dólares» en total-.
Cuando la sangre o la saliva entran en contacto con el sensor de grafeno, pequeños poros en la superficie inmovilizan el virus SARS-CoV-2, junto con los antígenos y anticuerpos que podrían estar asociados con él. Después de algunos tratamientos bioquímicos, en los que la plataforma agrega una serie de componentes, los biomarcadores del virus se unen al grafeno mismo, lo que les permite ser detectados electrónicamente.
Como se explicaba anteriormente, el sensor es capaz de detectar tanto si tienes una infección activa como si tienes inmunidad a una infección pasada.
Comercialización del proyecto
Por el momento, el laboratorio que lo está desarrollando ha probado el dispositivo con éxito con muestras de 19 pacientes que tenían infecciones activas por COVID-19. Pero advierten que el sensor aún debe validarse a mayor escala en un entorno clínico como un hospital para confirmar el trabajo.
Después la tecnología todavía debe ser aprobada por el gobierno, producida en masa y empaquetada en algún tipo de kit manejable por cualquier persona. En total, los investigadores calculan que podría estar en un año.
Si la investigación concluye con éxito, el proyecto podría producirse en masa y comercializarse al público, siendo algo así como un test de embarazo pero para el coronavirus, que te diría en 10 minutos si eres o no positivo.
