Científicos disparan tardígrados con un cañón para comprobar si podrían sobrevivir a impactos espaciales

Científicos disparan tardígrados con un cañón para comprobar si podrían sobrevivir a impactos espaciales

La astroquímica Alejandra Traspas y el astrofísico Mark Burchell, de la Universidad de Kent, en el Reino Unido, realizaron un experimento para averiguar hasta qué punto los tardígrados, unos invertebrados microscópicos considerados unas de las criaturas más resistentes e indestructibles del planeta, podrían sobrevivir a un potencial impacto espacial.

Estos animales microscópicos de ocho patas son capaces de superar estados de criptobiosis —la suspensión de los procesos metabólicos— y tolerar periodos de deshidratación de hasta diez años, además de resistir temperaturas extremas y sobrevivir en el vacío o en condiciones de presión anormal y radiación ionizante.

Para su investigación, los científicos emplearon un cañón de gas de dos etapas de los que normalmente se utilizan para experimentar con la hipervelocidad. Este cañón acelera los proyectiles mediante un doble proceso, primero con pólvora y luego con un gas ligero, como el hidrógeno o el helio, sometido a presurización rápida, lo que permite que el proyectil alcance velocidades de hasta ocho kilómetros por segundo.

Varios tardígrados congelados hasta el estado de hibernación fueron introducidos en proyectiles de nailon que a su vez fueron cargados en el arma. Tras ser disparados, los proyectiles impactaron contra objetivos de arena en una cámara de vacío a velocidades de entre 0,556 y 1 kilómetro por segundo. Luego los tardígrados fueron aislados y observados para determinar cuánto tiempo necesitaban para despertar del estado de hibernación después del impacto, en comparación con otros tardígrados que también habían estado congelados pero a los que no habían disparado con el cañón.

Se constató que los animales sobrevivieron hasta una velocidad de impacto de 825 metros por segundo, pero tardaron más en recuperarse que sus congéneros no disparados, lo que sugiere que sufrieron daños internos. «En los disparos de hasta 0,825 kilómetros por segundo inclusive, se recuperaron tardígrados intactos después del disparo, pero en los disparos de mayor velocidad solo se recuperaron fragmentos de los tardígrados», indicaron los investigadores en un artículo en la revista Astrobiology.

Los resultados del experimento sugieren que es poco probable que tardígrados a bordo de un meteorito salieran con vida de un impacto con otro cuerpo, ya que estos choques se producen a velocidades muy por encima del kilómetro por segundo. Tampoco es probable que los tardígrados sobrevivieran al accidente que sufrió el Beresheet, un vehículo de aterrizaje lunar privado israelí que cayó en la superficie de la Luna en 2019 con miles de tardígrados deshidratados en su interior.

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