O nos virtualizamos o quedamos obsoletos

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Lo que faltaba, el Covid en educación y para rematar, lo que más temían los maestros, clases online. Ahora no es desconocida las frases acomodadas al argot popular, mándame un whasapp, foto, video o audio, mejor todo el documento, sonidos puntiagudos que alertan el bienestar del padre y del maestro y hasta hacen encolerizar a los progenitores. Una locura que no se esperaba en la pandemia; el ministro Arnaldo Bueso quedo en shop cuando pidieron la barita mágica educativa sin contar con aulas, maestros, pero alumnos.  Era predecible el sisma educativo para más de dos millones de alumnos que corresponden a 4,576 centros educativos públicos entre urbanos y rural. Aprovechar las instancias de los medios electrónicos por su alcance y mayor acceso a la población era lo más inmediato sin esperar, pero la lentitud lo hizo tambalear ante la crisis actual.

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Lo perplejo y perturbador es que en pleno siglo XXI la educación no este a tono de la nueva era online, aunque los padres y alumnos puedan usar un celular, el plan educativo ni contempla este mecanismo moderno, en comparación a otros países que han asumido este reto con responsabilidad. Una madre de familia llamo a la maestra diciendo que no soporta a su hijo porque no aprende y prefiere que repita el año.

La pedagogía online es una plataforma que debe ponerse en marcha, si o si, sin tregua alguna.

Pero qué hacer con aquellas escuelas que ni siquiera tienen energía eléctrica, alumnos desconoces las tendencias tecnológicas. Sin duda alguna, las carencias dejan entredicho desde cualquier ángulo la falencia en el pan del saber nacional.

La crisis generada deja claro que si antes el maestro no tenia implementos educativos ahora deben agregar al menú computadoras personales e internet para dar la respuesta. Estamos en el ojo del huracán, se nos ha ido el tiempo en politiquería y no invertimos en educación en línea, hacer mas solida la plataforma interactiva, ¡qué va!, tal vez esta crisis sea pasajera y volveremos al redil, a seguir con las costumbres acomodadas. Ministro, la crisis es usted, maestros, la crisis es usted, padre de familia la crisis es usted, el espejo es lo que tenemos de su hijo. Esta claro que el panorama educativo es cuestión de actitud.        

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