Más de lo mismo
Primero el Tribunal Supremo Electoral, hoy Consejo Nacional Electoral el resultado, más de lo mismo, todo queda en papel.
Es peligroso seguir jugando y deslizándose en el mismo barranco, suponer que no cayó por gracia de Dios o el destino clemente. De esa forma jugamos los hondureños con la suerte o si lo queremos llamar destino, tiramos la moneda al aire “caiga lo que caiga”, si bien cae cara todo es igual, escudo más de lo mismo. Hemos manipulado las manecillas del tiempo y comprometemos el destino por intereses de aquellos y todos por nada.
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Es una apuesta sin brújula y sentido, lo queremos todos sin compromiso más de todos los años seguir ordenando a la carta nuestra desgracia sin freno. Todo está consumado en los sagrados intereses de nuestra patria, legalizan un sistema electoral imperante y fallido con políticos a la cabeza que no hacen más que entorpecer el proceso en el Consejo Nacional Electoral, CNE. Al razonar el problema no encontrará otra salida, más la que hemos contado, siguen una diabólica línea desde los intereses de las cúpulas partidarias.
Es lógico, ese es el fin de poner personal político a la cabeza de una institución eminentemente técnica, donde se necesita celeridad en el proceso, constancia y promover transparencia. Lo retrógrado de este tortuoso camino electoral de Honduras se hace con el fin de favorecer un sistema arcaico y corroído a sabienda que somos supervisados por organismos internacionales que esperan legalizar lo que ya entendemos desde este momento, porque los trapo se lavan en casa no desde afuera. Pero hemos tenido la desfachatez o sinverguenzada de pedir veedurías para que legalicen lo que todos saben, falta de transparencia. Pero claro, este ente cae cada cuatro años irresponsablemente el resto del tiempo no hacen nada, por no decir “peinando la gata” con sustanciosos sueldos. Vivimos en una pandemia de desinterés por arreglar el entuerto y más que arreglar, empeorar, los hondureños de los cuatro puntos cardinales de nuestro país debemos para la carreta y aprender del pasado, avanzar en el presente para un futuro mejor, no incierto.