¿Hacia dónde apuntan los hondureños?

Cobardemente Honduras ha dejado de exportar para que haya suficientes divisas y generación de empleo para una población económicamente activa en el país. La caravana de migrantes ha sido un proceso que ha venido girando como bola de nieve en los dos sectores en la zona rural y urbana. Retrotrayendo el pasado al presente para hacer un somero análisis  y buscaremos las causas más próximas al problema económico del país.

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Honduras cuenta con el recurso tierra, un capital incuestionables desde cualquier óptica, zonas portuarias para el libre intercambio, una zona industrial aunque no la mejor del istmo centroamericano, pero nos defendemos, en el presente buenas carreteras para trasladar mercancía a los cuatro puntos cardinales de nuestra nación, con algunas salvedades, pero nos defendemos con los diferentes corredores logísticos y pronto llegará otro recurso indiscutible para gerar balanza comercial el Internacional Aeropuerto de Palmerola, con una maga para la exportación de productos hacia el estrangero, antes se hacía desde Comalapa, El Salvador. El recurso humano es otro capital que se ha venido formando desde la década de los 80´s  hasta la fecha, Comayagua es el departamento en primer lugar en el país en hablar dos idiomas una prueba de ello es la generación de empleo en línea con sueldos de hasta 14 mil lempiras solo por contar con el plus de otro idioma.

Queramos o no, ha llegado en otros tiempos inversión extranjera cimentando las bases de fortalezas económicas en la elaboración de equipos y materiales para la exportación. La pandemia dió al traste con todos los bienes y servicios nacionales, según el Banco Mundial cayendo el Producto Interno Bruto en un -9.7% algo jamás visto cuando en el 2019 andaba en un 22.261 anual en un porcentaje de 2.7 por ciento. La crisis ha dado al traste con más del 56%  entre pequeñas y medianas empresas dejando pérdidas de 7,500 millones de dólares. Yendo más profundo al tema en cuestión, por qué Honduras es pobre, la pandemia ha sido un duro revés para la economía nacional, pero, ya veníamos trastabillando, lo anterior era para ejemplificar de dónde venimos, qué estamos haciendo y cómo vamos afrontar la realidad sin dinero. Algunos augurios sostienen que para el 2022 al iniciar el nuevo mandato deberá programarse una carga impositiva, algo descabellado si vivimos en Honduras.

A qué debemos apostar, una tarea complicada, en nuestro sano punto de vista, debemos aprender a transformar la materia prima y evitar exportarla en bruto para generar un valor extra, crear metas de ahorro en las familias de inmigrantes incentivando con intereses bajos en recompensa, a trayendo la maquila tecnológica capacitando a jóvenes entre hombres y mujeres. No podemos estar remarcando lo que no hemos hecho, debemos presentar un plan de trabajo fortalecido por el mismo Estado para generar optimismo. Todo esto va de la mano con voluntad política.        

 

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