EDITORIAL | Fuertes lluvias crean un caos en la ciudad

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Las fuertes lluvias generan desastres en barrios y colonias de Comayagua. Bastó una sola tormenta para poner de correr a patronatos y servicios públicos municipal por la cantidad de agua que corría por techos, calles, quebradas y ríos. Los pequeños riachuelos como Tenguaje se convirtió en una seria amenaza en 8 horas de lluvias ininterrumpidas, esto como para hacer una descripción del acontecimiento nocturno donde la ciudad no estaba preparada para esta cantidad de lluvia. El río Chiquito, Humuya y próximo el Selguapa y Churune se convierte en amenaza mayor. Estos afluentes son abastecidos por un sistema hídrico que bañan la ciudad que si bien o mal son obstaculizados por edificaciones en las riberas o al paso, los habitantes creen que con una pequeño embaulamiento, puente o tubo el problema está resuelto, tal vez en verano sí, sin embargo en invierno los ruegos son latentes, constantes. Simplemente no se puede hacer nada en zonas habitadas donde el caudal de un río reclama su paso, estas casas se convierten en represas que al final el peligro acecha a toda una colonia al no encontrar salida. Sumado a ello la falta de educación de personas que botan la basura en las quebradas, llantas viejas, objetos, papel y material de construcción. La alcaldía de Comayagua debe implementar medidas coercitivas, aunque no gusten, pero ante la inconsciencia del ciudadano que no entiende a las buenas, pues no queda de otra de convocar los presidentes de los patronatos y elaborar medidas consensuadas para evitar el peligro en sitios vulnerables. De igual forma, la epidemia de conectar aguas pluviales en cañería de aguas negras ha desembocado en fetidez y pérdida de tapaderas al aumentar la presión. 

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No se puede avanzar cuando se pierde el acuerdo colectivo entre beneficiado, desatendiendo sus obligaciones de ciudadano y poniendo en peligro a otros. Es crítico y desventajoso en una ciudad que apunta a metrópolis seguir con estas prácticas repulsivas para el desarrollo de la ciudad. Las buenas convivencias y civismo se practica y se cultivan en la casa, nunca es tarde para comenzar y hacer de nuestro barrio un lugar agradable.                  

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