Comayagua se convierte en el camino de la fe

Los eventos de la Semana Santa en Comayagua para la temporada se vuelven símbolo de Honduras, ya que esta ciudad fue un asentamiento español con remarcado interés católico. La Reina Isabel I recomendó a Colón su gran interés en la expedición, pero, sobre todo lo que pudiera encontrar en la conquista debe ir acuerpado de la fe católica, por esa razón, las conquistas no solo era el poderío militar del dominio español, era todo un paquete de tradiciones que inculcaron a los nativos. No es extraño, todas las conquistas invaden lo rutinario e inoculan su gen patrimonial, un médico llamaría, virus, otro, “cambios”. Más de 500 años asimilando y practicando dicha fe, para muchos entró con dolor al resistirse, la forma fue cruel y deshumanizante, lo contrario a lo que profesó “El galileo”. Tampoco tenía que pedir permiso ante el arraigo de los autóctonos, tenía su vida realizada, su cosmovisión del mundo, su creencia en lo ancestral, eran un imperio entre las tribus de esa era, antes de la conquista. No obstante, la implantación de nuevas costumbres y tradiciones, mestizaje, demarcaciones de ciudad, instrumentos para la producción, (transferencia tecnológica), ocurrió de centímetro a centímetro, con persistencia. Desde entonces, Comayagua, una ciudad con acentuado interés español, por su geografía e importancia política, era obvio que emularan las tradiciones de la provincia de la Nueva Valladolid. Nuestro pueblos han resistido y se quedaron con lo mejor.
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Este año, resucita la tradición y se fortalece la fe, la pandemia marca un antes y un después, aun así, el ser humano necesita construir lasos, dialogar entre sí, objetivos comunes, en eso se ha convertido esta ciudad, un lugar de encuentros, fe, tradición, familia, construyen esperanza y paz. Finalmente, la obra de Jesucristo llego a estos confines, lo recordamos en cada uno de estos hogares de américa cada Semana Mayor, un gran logro de la espiritualidad del ser humano. Las frases “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otro” Juan 13:34. Todos lo deseamos, porque al final, lo único eterno será el compromiso en la fe para hacer mejor la estadía en este mundo.