A casi dos años de la irrupción de la pandemia COVID-19 en el país, Manuel Velásquez, médico internista, insta a la población a no bajar la guardia ante el virus, cuya actual variante ómicron es sumamente contagiosa.
“Más o menos a principios de diciembre comenzamos a ver un aumento desproporcionado de casos de COVID-19 en Honduras, lo que coincidió con la identificación de la variante ómicrón en el mundo. Ómicron es ahora la variante que circula con mayor frecuencia en el país, y ante esto la variable más importante es el estado de vacunación de la población y las medidas de bioseguridad”, explicó el galeno sobre la situación actual del virus en el país.
Datos oficiales indican que la cifra de casos desde el inicio de la pandemia a la actualidad es de 384,077 en el país, de los cuales más de 4,000 contagios se reportan en lo que va del 2022, siendo la variante ómicron, la más común.
Las cifras anteriores sugieren que los triajes han aumentado su número de atenciones, contrario a lo que se tenía en los meses de septiembre a noviembre de 2021, aunque la proporción de pacientes graves es menor.
“Los triajes están atendiendo gran cantidad de pacientes con síntomas leves, pero esto igual provoca que los sistemas de salud se saturen (tanto a nivel público como privado)”, comentó.
Velásquez remarcó que el estado de vacunación en un paciente incide en el esquema terapéutico y el pronóstico; dado que en un paciente vacunado las manifestaciones no serán tan activas como en un paciente no inmunizado. “Eso puede provocar confusión en la población pensando que se trata solamente de un resfrío, cuando se puede estar contagiado de la nueva variante; así que hay que estar alerta.
A la fecha el sistema sanitario de Honduras solo ha detectado casos de la variante ómicron, sin embargo, dada la apertura de fronteras terrestres, aéreas y marítimas, el profesional de la medicina no descarta la presencia de otras variantes (deltacron) en la nación.
El doctor Velásquez estima que además de ómicron, dengue e influenza han estado circulando en el país, infectando a la población y generando un gran impacto en la vida productiva del país.
Al consultarse sobre el gradual retorno a la semipresencialidad en las diferentes actividades de la vida humana, se refirió al ejemplo de otros países que quitaron restricciones sin seguir medidas de seguridad, por tanto reportaron picos altos de contagio.
Explicó que el ciclo del virus en el cuerpo humano conlleva que el mismo se incube en la nasofaringe para luego contagiar otra persona, “el problema con ómicron es que ya está comprobado que se replica 80 veces más rápido que las otras variantes, y aunque se esté inmunizado, existe la posibilidad de transmitirlo; a medida que la población no entiende eso, continúa perpetuando la pandemia”, detalló.
La vacunación avanza en tercera dosis (dosis de refuerzo), pero una parte de la población aún no ha acudido a inmunizarse. “Datos de la Secretaría de Salud (Sesal) reportaron que se han aplicado aproximadamente 9 millones y medio de dosis, de las cuales 4 millones ya completaron la segunda dosis y en una proporción baja, se han aplicado la dosis de refuerzo. Aún sigue mucha población que no quiere vacunarse debido a sus creencias religiosas, políticas e ideológicas”, indicó el internista.
Aseveró: “Esta gente definitivamente marcará un punto muy importante para la prolongación de esta pandemia. Caso contrario si gran parte de la población acude a la vacunación, podemos estar a las puertas de la finalización de la pandemia, sin embargo, con casi más de la mitad de la población hondureña que no cuenta con una dosis de la vacuna, el panorama es desalentador.
Concluyó señalando que la mejor arma para enfrentar el COVID-19 y sus variantes es la inmunización, por lo que es de suma importancia realizar el esquema completo. “Incluso podríamos anticipar que vayamos a necesitar una cuarta dosis de refuerzo, es necesario”.
